Amores Peludos

Amores Peludos
Uno de mis amores peludos

26 noviembre 2010

CHIRI

Este maravilloso amor peludo, llegó a la casa hace dos meses.
Mi novio lo nombró… ¿Qué si me agrada el nombre? Aún no lo sé. El pequeñín Huskey se llama “Chiricuto Cuchufleto” (dudas, sugerencias o alegatorias por el nombre, favor escribir a: www.sanatevergueador-dalekos.blogspot.com y hacérselo saber a mi compañero).
Ya saliendo de bromas, “Chiri”, como cariñosamente le decimos es un barítono molestón… Barítono porque no suele ladrar, canta o aulla o no sé, el caso es que hace sonidos extraños. Molestón porque rara vez se le acaban las baterías y siempre está mordiendo o correteando a quien tenga cerca.
Todo lo muerde, todo se lo come (incluso la comida de los peces)  y a todos molesta, incluyendo a Maya, a Casiopea y a Ebony; sus tres amigas. Es muy especial, es todo juegos y molestadera, 100% energía pura.
Cuando tocas la armónica y el está cerca tendrás un doble concierto de notas musicales y aullidos descontrolados. Mi barítono perruno todas las mañanas cuando entra a la casa, no ladra… grita y hace sus sonidos como diciendo: Hola! Vamos a jugar? Ya me tenés mi desayuno?
Día a día crece, y de tamaño hámster a pasado a ser un gordito cachorro enorme. De chiri, que lo he nombrado “Chiriberto Alejandro” (porque no me termina de convencer el otro nombre) tengo muuuchas historias que contar; así que, espero sirva publicación como carta de presentación para futuros posteos.

POR QUÉ “MAYA”?

Necesito un post especial para explicar el nombre maya de mi perrita especial.

Maya, (como pueden leer en publicaciones anteriores) fue una cachorra de raza Alaskan Malamute que me robaron y extrañé durante muchísimo tiempo.
De vez en cuando, cuando andaba cabizbaja y necesitaba un abrazo perruno, me parecía encontrarla en la calle y tenía falsas alegrías. Mi imaginario y mi amor, a medias, por la famosa Maya, me hicieron ver muchas similitudes entre mi cachorra con pedigree y la linda vagabunda que se me cruzaba por las tardes. Así que, a salud de mi extraviada amiguita nombré a la bella callejera MAYA. No sólo por su.parecido, sino porque es de raza “Pastor Maya” (made in Guatemalan streets).




MAYA

Por fin llegó el momento de escribir de mi amor peludo especial “Maya”.
A esta perrita la vi como 7 u 8 veces en la calle, porque pasaba el tiempo en un comedor de un poblado próximo a donde vivo. Siempre la veía velando comida, intentando caer bien para que la alimentaran. Me partía el corazón saber que yo regresaba a casa, a jugar con las mías y ella se quedaba allí esperando a por alguien que le diera comida y amor.
Lo platiqué con mi novio, lo pensamos bien y decidimos adoptarla. Un día cualquiera cuando íbamos de regreso de labores la vi y supe que era el día que tendría un hogar… efectivamente así fue. Mi compañero se encargó de tomarla, darle confianza y subirla al carro; aún con las advertencias que varias personas nos hicieron: “cuidado que esa muerde!”, “Ese chucho es bravo, tenga cuidado”
Resultó que el afamado chucho bravo, era una pobre perrita deseosa sólo de amor y llegamos sin mordidas ni rasguños a casa. El saco de huesos peludo no nos mordió!
La alimentamos y le dimos quizá la primera caricia de su vida. Decidimos  que era (por sus características físicas) una mezcla de Huskey con callejero…  Denominamos su raza como “Pastor Maya” o, corriente pues.
Está adopción, poco ortodoxa, nos costó la remodelación del portón y muchos cambios en casa. Maya intentaba escapar todos los días a toda hora, en cada segundo y con cada oportunidad que se le presentaba. Cuando lograba escaparse, siempre regresaba “a la hora de la comida”. Costó mucho, pero quince días después nos entregó su corazón y su amor.
Luego de muchas visitas al veterinario (mi padre) y de muuuuchos platos de comida, ahora es la hembra alfa, mantiene en orden a su manada y nos defiende con toda la fidelidad que le cabe en su corazoncito.

¿Recomiendo recoger a un perro de la calle? Definitivamente SI. Es la mejor experiencia que he tenido, por mucho, de entrega, fidelidad y amor.

22 noviembre 2010

EBONY

la primera vez que la vi me enamoré de ella.
La conocí en casa de mi novio, con su manada, de un mes de nacida. Su madre es Casiopea, su padre desconocido. Era un pequeño peluche de brillante pelo negro. Era independiente, pequeñísima y amorosa.
Al inicio la veía sólo los fines de semana, pero se enfermó y necesitó de mayores cuidados y atenciones, de esos que sólo una persona dispuesta a dar todo, puede dar. Resultó entonces quedándose en mi apartamento. Allí la nutrí, le di medicinas, suero y amor, amor y amor. Tan sólo unos cuantos días después ya se veía fuerte y llena de energía. El único problema, era que carecía de un nombre propio…  fue entonces que me pareció que ese dulce tan negrito debía llamarse de forma especial, así que la nombré “Ebony”, como el ébano, como el color oscuro de su pelaje.
Hoy Ebony vive en casa, acompañada de su mamá y de más amigos. Es cariñosa, melosa, y da besos sin parar. Cuando juegas con ella a “tirarle la pelota” o cualquier peluche, sabe bien que debe ir por el juguete, pero es tarea titánica que te lo devuelva.

Me gusta mucho, porque siempre que despierto y bajo a la sala la veo a través de la puerta esperando por mí. Y cuando llego a casa, por las tardes, siempre la encuentro tras de la puerta, saludando y dando amor, amor y amor.

CASIOPEA

Casiopea era la esposa del rey Cefeo de Etiopía y madre de Andrómeda, cuya belleza era superior a la de la de las Nereidas.
Casiopea, también es, la labrador dorada de mi compañero y mía. Lleva ese nombre por ser notoriamente bella; razón por la cual llegó a los brazos de mi novio, hace casi dos años.
Yo la conocí muy flaquita, cuando acababa de haber tenido su primera camada, hoy está muy lozana y gordita y vive en nuestra casa acompañándonos día a día. Llevo casi un año de disfrutar de su compañía. Al inicio, tengo que confesar, era un poco molesta por ser demasiado juguetona y por tener la manía de comerse la ropa que se pone a secar al sol; sin embargo amor es amor y me ganaron su simpatía, lo amistosa que es y su pelaje suave y brillante.
siempre quiere jugar, siempre tiene juguetes y siempre tiene un abrazo por dar.
Hace unos meses descubrimos que tiene una característica muy especial, se sube a las palmeras. Aunque no pareciera cierto, con tal de tener sus peluches es  capaz de treparse a los lugares menos pensados sin pensarlo dos veces. Es entonces, una mezcla de perro con mono amoroso.