Amores Peludos

Amores Peludos
Uno de mis amores peludos

22 noviembre 2010

EBONY

la primera vez que la vi me enamoré de ella.
La conocí en casa de mi novio, con su manada, de un mes de nacida. Su madre es Casiopea, su padre desconocido. Era un pequeño peluche de brillante pelo negro. Era independiente, pequeñísima y amorosa.
Al inicio la veía sólo los fines de semana, pero se enfermó y necesitó de mayores cuidados y atenciones, de esos que sólo una persona dispuesta a dar todo, puede dar. Resultó entonces quedándose en mi apartamento. Allí la nutrí, le di medicinas, suero y amor, amor y amor. Tan sólo unos cuantos días después ya se veía fuerte y llena de energía. El único problema, era que carecía de un nombre propio…  fue entonces que me pareció que ese dulce tan negrito debía llamarse de forma especial, así que la nombré “Ebony”, como el ébano, como el color oscuro de su pelaje.
Hoy Ebony vive en casa, acompañada de su mamá y de más amigos. Es cariñosa, melosa, y da besos sin parar. Cuando juegas con ella a “tirarle la pelota” o cualquier peluche, sabe bien que debe ir por el juguete, pero es tarea titánica que te lo devuelva.

Me gusta mucho, porque siempre que despierto y bajo a la sala la veo a través de la puerta esperando por mí. Y cuando llego a casa, por las tardes, siempre la encuentro tras de la puerta, saludando y dando amor, amor y amor.

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