Amores Peludos

Amores Peludos
Uno de mis amores peludos

10 diciembre 2010

El escape casi perfecto

Allá en el lejano mundo de la sala del segundo piso, donde todo huele a ratón porque reinan dos, vivía en prisión “don Viruta”, dueño y señor de  una jaulita azul y las posesiones dentro de ella. 
Parecía feliz, tranquilo y aceptando su encierro, y digo parecía, porque lo que nadie sabía en la comarca ratonil, es que el tal Viruta se había cansado de la vida bajo rejas e imaginaba un plan de escape, que pronto pondría en marcha.

Viruta 007 hizo lo que todos creerían imposible. La serie de “Prision Breake” es nada a comparación de lo que el peludo amiguito hizo.

Cayendo la tarde esperó a que la dueña llegara a verle, darle comida y cubrirlo del frío. En silencio esperó a que ésta (la carcelera)  apagara las luces y se retirara de aquella salita. Cuando ya no escuchó más sonido que el de su vecino comiendo felizmente y el latido agitado de su corazoncito, activó el plan. Sacó los bracitos por las frías rejas hasta alcanzar la manta que cubría su casita.
 Una  vez tuvo una parte dentro de la jaula comenzó a jalarla más fuerte y a morderla a modo de romper un  girón de la manta.

Se ubicó en el punto exacto donde se abría una de las puertas de la jaula azul, utilizó patas, dientes, pelo… y logró subir la puertecita un espacio ridículamente pequeño… por allí no se le escapaban ni los pensamientos, pero si entraba la manta que cubría su cárcel.

Mordiendo y jalando logró meter la manta por la puertecita hasta lograr abrirla. Cuando ya tenía un espacio lo suficientemente grande como para que pasara hasta el último de sus pelitos… lo hizo. Se escapó! Su plan había resultado a la perfección. Ya todo era cuestión de esperar escondido a que abrieran alguna puerta para escapar y ser realmente libre… pasó la noche en el cuarto de visitas e intentó descansar porque al siguiente día tendría que correr por su libertad.

Y pasó la noche.

Con lo que no contaba el peludo animalito, fue que “Chiri” el agente K9 008, el “lobo hecho perro” (como le llaman en los bajos mundos) al amanecer entraría a casa y sentiría un olor extraño por el cuarto de visitas.
La dueña se dio cuenta de la ausencia, la dueña pidió ayuda al agente 008 y el agente ubicó al hámster-enemigo-público… lo correteó, lo persiguió y justo cuando lo tenía a un mordisco de ganar la batalla, a un mordisco de comerse a aquel ratón, a un mordisco de completar la misión, sintió un golpazo en el hocico y sólo vio como la dueña regresaba a aquél hámster a la cárcel azul.

El ratón volvió a su sitio y aún llora su fallido escape.
El can recibió caricias y golosinas de recompensa.

Sin embargo, todas las noches si pasas por la salita con olor a ratón, verás a “Viruta” sentadito sobre su casita planeando un nuevo escape, porque lo último que un ratón-convicto-reincidente pierde, es la esperanza de la libertad. 

06 diciembre 2010

DÍA GRIS

Hoy fue uno de esos días, en los que te preguntas: ¿Por qué a mí?

La sorpresa al despertar, fue que mi amigo de batallas, el casi invencible “Logan” (mi pez ángel) me dejó para marcharse a los mares del cielo de los peces. 
Es, sin dudarlo, la pérdida escamosa que más me ha dolido. No sólo porque me faltará ver esa sombrita negra en la pecera; sino también porque se fue sin razón aparente.
Será otra sepultura en otra maceta, será ya sólo el recuerdo de mi enojón favorito.

La otra noticia desagradable es que “Maya” después de dar a luz a sus 6 perritos está insoportable.  Ha peleado varias veces con “Casiopea” y le dejó la nariz horrible, con cicatrices por todos lados. Debo admitir que el amor había sido más grande, pero hoy colmó mi paciencia la fea callejera…

De la nada, quizá porque voló una mosca, tal vez porque está sensible, o por la razón que fuera mordió a mi pequeño consentido “Chiri”. Una cosa es que se pelee  con otro perro grande, pero otra muy diferente es que desquite sus locuras con un pequeñín de tres meses.

Como la sangre es escandalosa, me asusté muchísimo al ver a mi chiquitín gritando y manchando todo de un color rojo que me alarmó y me llenó de tristeza, ganas de llorar y un enojo profundo para con “Maya”.
Seguí las indicaciones básicas que me dio mi padre para curarle las heridas a “Chiri” y no me queda más que esperar a que lo venga a ver a cas,a y rogarle al cielo, que no le queden cicatrices feas en su linda carita.


Ahora está debajo de la cama, dormido, descansando del susto… Mientras yo trato de solucionar el problema con la malcriada que lo lastimó.