Amores Peludos

Amores Peludos
Uno de mis amores peludos

02 noviembre 2010

PELUSA

Siguiendo con mi biografía animal...
A quien recuerdo con una sonrisa de oreja a oreja es “PELUSA”, una samoyedo hermosa, blanca, pacífica, pequeña, cariñosa, permisiva…
Me dejaba sentarme en ella e imaginar que era Falkor, el dragón de la película La Historia Sin Fin. La “Pelusa” me acompañó hasta mis trece años de edad, vivió doce. En mis archivos fotográficos (mentales) la veo con pintas verdes hechas con marcador, con manchas de besos de pintalabios, con ropa de la abuela, echada al sol y cuidando a la que me dejaría como mejor amiga, una cachorrita.
La Pelusa estuvo conmigo siempre, no recuerdo un solo día de esos doce años en el que no tocara su nívea cabellera, que no me moviera la colita vivaz que tenía. Me acompañó en mudanzas, en momentos familiares difíciles, durante mis lecturas en el patio… SIEMPRE. Para algunos de mis primos era un pony, para otros, sujeto de experimentos y, hasta blanco de bromas de mal gusto; sin embargo, Pelusa nunca protestó, siempre fue calmada y tranquila.
El día que nos dejó fue muy triste. Cuando regresé del colegio sólo me dijeron que la habían encontrado tendida a la par del auto de mi padre (donde a veces descansaba bajo el sol). Ese día dije adiós a mi primer mejor amiga, la que fue mi paño de lágrimas, mi confidente y mi dragón volador...

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